jueves, 11 de marzo de 2010

El hombre bicentenario

La historia de El hombre bicentenario es la de un robot, interpretado por Williams, que es comprado en el año 2005 por una familia corriente (¿Por qué todas las películas de ciencia ficción que fijan una fecha acaban viéndose desbordadas por la realidad?)
Es un robot magnífico que combina sus capacidades programadas con un brillo inaudito de sentimientos humanos. Andrew, que así se llama el robot, pronto se gana a todos los miembros de la familia mientras desarrolla simultáneamente sus enormes capacidades de robot y sus sentimientos cuasi humanos.
Una de sus ventajas como robot es la de no envejecer, por lo que la película transcurre en un período de 200 años.Esta historia es la de la novela de Isaac Asimov The postronic man (El hombre bicentenario) y es un tema recurrente en la ciencia ficción. Plantea el momento en que los robots llegan a tener sentimientos humanos (¿Blade Runner?) y cuál debe ser la postura de la Humanidad al verse superada por sus propias creaciones.
En esta película, al contrario que en Terminator, la reacción de las máquinas es la de pretender parecerse a sus amos. Incluso si la durabilidad mecánica, el sustituto técnológico de la inmortalidad, se interpone en su camino para parecerse a sus creadores, las máquinas optarán por ser mortales. Definitivamente, Andrew quiere ser humano.En ralidad la novela de Isaac Asimov no da de sí para un film de más de dos horas en el que simplemente nos dedicamos a contemplar esta evolución de la máquina al hombre.
Si lo que se pretendía era explicar los sentimientos humanos ante esa evolución del robot, tal vez hubiese sido necesario detenerse a explicar un poco mejor cuáles son las razones de esos sentimientos y cambios de opinión para que los personajes no parezcan, que a veces lo parecen, un poco faltos de lógica.Se puede decir que la película es una reflexión acerca de la relación entre el hombre y la máquina pero parece que se nos quisiera convencer a base de toneladas de sentimentalismo para confundir al cerebro y eso, casi nunca funciona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario